Abbey Road

Rememorando un viaje que hice a Londres el pasado Enero, me acordé de una situación interesante que nos ocurrió en la Tate Modern Gallery (La galería de arte moderno más importante de Reino Unido).

Como es lógico, para aquellos que no entendemos el arte abstracto (aunque me gustaría, debo reconocer que no puedo apreciarlo), se puede llegar a hacer muy pesado pasar toda una mañana en una galería de arte como ésta.

Sin embargo, lo respetamos porque nadie nos ha obligado a entrar allí, y nos guardamos nuestras opiniones al respecto porque en ese momento a nadie más que a nosotros le pueden interesar.

Hay otro tipo de gente que no lo cree así. Son los que piensan que si sacan a pasear su incultura artística (o por lo menos de este tipo de arte), será menos vergonzoso el tiempo que tengan que pasar entre esas paredes.

Pues bien, ya os adelanto que eso no es así.

Declarar que "ese cuadro lo podría haber pintado mi hermano pequeño" no dice nada bueno de la persona en cuestión, más bien malo. No solo demuestra la ignorancia del individuo sino que además demuestra la falta de respeto hacia el autor de la obra y hacia el público que disfruta observándola.

Recuerdo que estaba en una de las salas viendo una obra muy parecida a una que le había visto pintar a un artista callejero pocos días antes , cuando entró una de las profesoras que nos acompañaban en el viaje.

"¿Por qué este pintor es conocido y está aquí expuesto y el artista callejero tiene que conformarse con eso, con la calle?" le pregunté a mi profesora.

Tras mirar la obra durante unos minutos, al fin encontró una respuesta que darme:

"Lee la fecha en la que se hizo"

La leí. 1753. Hace 259 años, casi nada.

Entonces ella me dijo que la palabra perfecta para definir la diferencia entre ambos pintores era innovación.

El que estaba expuesto había tenido una idea original y auténtica, y aunque su trabajo no fuera del agrado de todos, nadie podía quitarle mérito. El otro pintor, seguramente había visto la obra del primero y simplemente había copiado la idea.

Entonces aprendí donde estaba la clave. La innovación.

Esto mismo puede traducirse a otras artes, como por ejemplo la música.

Los Beatles... Mis adorados Escarabajos.

Puede que a algunos jóvenes de ahora no les guste su música, porque por ahí se oye de todo (que si hay grupos actuales con mejores equipos de sonido, que si suenan muy suaves...).

Eso lo dicen porque no saben que Los Beatles fueron los pioneros. Innovaron. Probaron. Crearon. Y toda esa música pop e incluso rock actual que os encanta, tiene escondida en sus melodías, en sus armonías, en sus ritmos... un poquito de Los Beatles, y de los Rolling Stones, y de Queen, y de tantos otros grupos que podría nombrar durante horas.

Ellos son los verdaderos artistas, ellos y los demás grupos que, anterior o posteriormente innovaron.

Pero la verdad es que éste no es un tema que me preocupe especialmente, porque si tengo clara una cosa, es que la historia pone a cada uno en su lugar...

Y si no que se lo digan a los hijos de J.S.Bach, que en su tiempo fueron unos compositores muy famosos y estaban muy de moda (como serían los actuales Despistados, etc) mientras que su padre tuvo que vivir en la miseria componiendo lo que le ordenaban y cobrando una miseria.

Pero tiempo después llegó Mendelssohn, y devolvió a la humanidad a ese compositor que había caído en el olvido. Ese compositor al cual muchos consideran hoy en día el mejor compositor de la historia de la música.

La historia pone a cada uno en el lugar que le corresponde, y... démosle tiempo al tiempo, algo así como un par de siglos, y entonces, solos entonces podremos hablar de arte.

Ya me despido, pero me gustaría haceros una petición muy personal:

Comprad (o descargad, y que no me oiga decir esto la SGAE) el disco de Abbey Road de los Beatles, porque según mi parecer todo el mundo debería haberlo escuchado por lo menos una vez en la vida.

Hakuna Matata, chicos.